Leyes innovadoras en estructuras obsoletas
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Señora Directora:
Según las cifras del SERNAC, entre septiembre y diciembre del año 2020 se registraron más de 225.000 solicitudes de portabilidad financiera, de las cuales menos del 10% recibió una oferta de portabilidad por parte de los acreedores.
Los factores de esta cifra pueden asociarse a la poca preparación y claridad de los procedimientos de portabilidad, falta de proactividad por parte de las instituciones en la gestión de las solicitudes y a la falta de fiscalización por parte de las entidades encargadas. Sin embargo, esta falta de fluidez también se debe a la poca preparación que tiene toda la “maquinaria” y burocracia ya existente en las instituciones involucradas, la cual debe aceitarse y ponerse en marcha para que todas las solicitudes, en los volúmenes mencionados, puedan ser gestionadas en tiempo y forma.
Algo parecido ha pasado con la Ley 20.720, en donde la velocidad de los procedimientos y los resultados no son los que probablemente se pensaron en su génesis, siendo al final del día procedimientos largos, costosos y, por qué no decirlo, poco claros de cara a los interesados.
Da la impresión de que las leyes creadas, si bien apuntan a soluciones ágiles e innovadoras, no consideran todo el engranaje obsoleto y las barreras burocráticas que deben sortearse para conseguir el objetivo de las soluciones propuestas. En suma, no hay sintonía entre lo propuesto y la estructura que lo soporta.
Raimundo Bravo Fernández
Abogado y socio STAFF Chile
